ILUSTRÍSIMA, VENERABLE Y ANTIGUA HERMANDAD Y COFRADÍA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO,
SANTÍSIMO CRISTO DE LAS ALMAS, NUESTRA SEÑORA DE LA PAZ Y ÁNIMAS BENDITAS

IGLESIA PARROQUIAL DE SANTIAGO EL REAL Y DE REFUGIO

JEREZ DE LA FRONTERA


domingo, 22 de septiembre de 2019

Discurso de Toma de Posesión


HERMANDAD SACRAMENTAL DE SANTIAGO
Parroquia de Santiago el Real y de Refugio
Domingo 22 de septiembre de 2019

TOMA DE POSESIÓN DE LA NUEVA JUNTA DE GOBIERNO
Andrés Cañadas Salguero
Hermano Mayor


Querido Don Diego.

Queridos amigos, que hoy acudís a Santiago, en representación de las hermandades de nuestra parroquia.

Queridos hermanos de nuestra Hermandad Sacramental.
Queridos compañeros de las juntas de gobierno, tanto saliente como entrante.

Hermanos y amigos todos…

Paz y bien.


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Dios con nosotros; nosotros con Dios. Y no hay más.

Corren tiempos de prisas y de ruidos. De no mirar al vecino con el que te cruzas. De no respetar los tiempos del que va algo más lento, o de no apreciar la grandeza de los regalos de cada día.

Hemos crecido tanto -dicen- como sociedad y como personas, que nos hemos olvidado casi por completo, que para nacer del barro, un buen día hizo falta el soplo de Aquel que está por encima de todo, y de todos. Aquel que nos regaló la vida, y la potestad de hacer con ella lo que nos venga en gana.

Y como buenos hijos pródigos… con demasiada facilidad nos olvidamos de Él. Nos alejamos de Él; y cuando las cosas vienen torcidas, o no funcionan... hasta nos enfadamos con Él.

Pero Dios sigue estando con nosotros, aunque nosotros no podamos, no sepamos… o no queramos estar con Él, y junto a Él.

Y esto es algo que se observa casi a diario, cuando uno tiene la bendita suerte de poder convivir con Dios de manera cercana, junto al Sagrario donde mora, espera, y conforta.

No hace falta que volvamos a hablar de las soledades de los templos, o de la falta de interés en lo sacramental; no hace falta volver a repetir aquello de la falta de formación de verdad, o de la ausencia del estupor eucarístico. No hace falta.

Cada uno de nosotros sabemos -o debemos saber- cuál es nuestra misión en medio de la Iglesia, y así cada día… y así todos los días, confiando en Cristo, y nada más.

Dios con nosotros; nosotros con Dios.

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Y en este intento, se cruza en nuestras vidas la Hermandad Sacramental de Santiago.

Una corporación que forma parte de la historia antigua de Jerez, y que gracias al impulso que nos brindó monseñor D. Juan Del Río hace ya casi quince años, renació de sus olvidos, para -poco a poco, intentando hacer las cosas bien- afianzarse en esta Parroquia de Santiago el Real y de Refugio, como una realidad más, de cuantas componen su feligresía.

Primero fue de la mano de Manolo Castell, y de los hermanos que lo acompañaron en sus dos juntas de gobierno. Ellos dieron contenido formal, cultual y administrativo a nuestra cofradía, para luego asumir la hora del relevo a través de la junta de gobierno que ahora concluye su etapa, y que he tenido la suerte de presidir, durante los últimos cuatro años.

Una junta que se formó a base de tesón, teniendo en cuenta que nos tocarían tiempos de cambio, de novedades, o de recuperaciones... pero también de muchas ausencias, lógicas y llenas de razones.

Con entereza y calma fue asumido todo lo que nos tocó vivir, al tiempo que el Señor ayudaba a que fuesen llegando las buenas nuevas, y de esta forma, conocimos:

- el regreso a Santiago,
- la recuperación de nuestra sede, la Capilla del Sagrario,
- la restauración del Cristo de Las Almas,
- la restauración de la Virgen de La Paz,
- la restauración de nuestra Custodia procesional,
- la ampliación del Título de nuestra corporación,
- la recuperación de toda la platería que da forma a nuestra carroza,
- la recuperación de nuestra procesión, el Domingo de Trinidad,
- el afianzamiento del Vía Crucis de Cuaresma iniciado con Manolo Castell,
- la compra y posterior reforma del paso para nuestro Crucificado,
- la definición de nuestros cultos de Ánimas, de Cuaresma, y de Corpus,
- la implantación de los Jueves Eucarísticos en la parroquia,
- el incremento de nuestra nómina de hermanos, que ya supera la centena,
- la casa de hermandad, lograda gracias a la gestión de May, y de Beltrán,
- la participación activa y corporativa en la realidad cofradiera de Jerez,
- la celebración de nuestro IV Centenario de la Defensa del Voto Inmaculista,
- o la colaboración periódica con Cáritas Parroquial de Santiago, cada Navidad.

Una relación nada fácil de alcanzar, que fue sólo posible gracias al esfuerzo de los hermanos, y del trabajo desempeñado por varios de ellos a través de la junta de gobierno, motivo por el cuál, estas palabras, sólo tienen el destino final del agradecimiento.

A todos. Sin excepción. A los que hicisteis de la hermandad vuestro lugar de encuentro y de trabajo, y también a quienes la distancia os impidió muchas veces, poder estar con nosotros.

Ninguno faltó a su palabra.

Hace cuatro años conformamos un grupo en el que conocíamos de antemano las dificultades de cada componente, y sé que todos habéis dado, mucho más de lo que anunciasteis en principio.

Por ello. A todos vosotros, Rodrigo, Pili, Fernando, José Manuel, Paco, Manolo, Beltrán y Francis... mi más sincera gratitud. De verdad.

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Y ahora, toca de nuevo relevo.

Cumplimos lo que dictan las Reglas, y nuestra Hermandad Sacramental inicia el rumbo de otros nuevos cuatro años, contando con un grupo al que también quiero dar las gracias por vuestro desinteresado compromiso de futuro, que me consta, en muchos casos, adquirís por la íntima y especial amistad que me une a varios de vosotros.

Sé que os surgen dudas. Sé que el carácter sacramental de nuestra cofradía, os hace andar con sigilo por un sendero que no conocéis en profundidad. Sé que en el presente que os toca vivir, hasta tener dudas a la hora de entonar el ‘Pange Lingua’, os llega a causar preocupación.

Pero veréis...

Pertenecer a la junta de gobierno de la Hermandad Sacramental de Santiago, supone vivir inmersos en un constante y continuo aprendizaje. No sólo de los misterios de la Eucaristía, sino también de todo lo que pertenece al ámbito más sencillamente importante de nuestra Iglesia, desde lo ligado a la moral, hasta lo relativo a la liturgia, y a la fe.

Dios esta con nosotros. Eso tenedlo claro.
Y él resolverá cualquier cosa que le encomendéis.
Pero eso sí. Para eso hay que rezar.
Todos los días.
Y tener la certeza de que Él os escucha.
De que Él nos escucha a todos.

Esto es algo que sabéis bien quienes ya lleváis algún tiempo conmigo, porque conocéis sobradamente, la respuesta que siempre doy ante los problemas importantes...

- “Eso, ya nos ayudará la Divina Providencia...”

...y la verdad, es que nosotros, -todos lo sabéis- tenemos poca queja en este sentido.

Confiad en el Señor, Francis, Pedro, Miguel, Manolo, Beltrán, José Blas, David, Amador, Pili, Paco, Sergio, y Gabriel... y ya veréis como de todo se sale… poquito a poco.

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Y concluyo, intentando ser bien nacido, agradeciendo a todos vuestra presencia hoy en este acto, tan importante para nosotros.

Gracias a usted, don Diego, por ser siempre nuestro amigo, además de nuestro director espiritual. Usted y nosotros sabemos que esta es una parroquia de realidades a veces complicadas, pero sepa que puede usted contar con nosotros para lo que haga falta, y que siempre intentaremos estar, a la altura de las circunstancias.

Gracias a todos los que hoy habéis venido representando a vuestras hermandades, y a quienes lo habéis hecho por vínculos familiares o de amistad con quienes hoy abrimos nueva senda. Sabed que siempre tendréis las puertas abiertas de nuestra casa, aunque eso sí, hoy todavía deberéis disculpar que en nuestro humilde local de la calle Juan de Torre, aún estemos algo estrechos, por encontrarse todavía en obras la zona del patio, la depuradora y la piscina...

Y gracias a todos vosotros. Mis queridos hermanos. A los jóvenes que ya formáis parte de nuestra nómina. A las mujeres que dais forma al grupo de costura, o de ágapes, o de lo que vaya haciendo falta. A los mayores, que marcáis el camino de Amor infinito a Jesús Sacramentado. A los estudiosos de la corrección litúrgica.. y a los que tenéis absolutamente claro, vuestra fiel presencia ante el Sagrario.

Todos somos parte del mismo cuerpo, y todos hacemos falta para seguir dando vida y continuidad, a la Hermandad Sacramental de Santiago.

Ahora, nos toca encarar los nuevos tiempos, en los que ya habrá oportunidad de hablar de nuevos retos, o futuros proyectos. Si Dios quiere que salgan, saldrán.

Nosotros solo debemos saber que somos parte activa de nuestro barrio (porque también somos de Santiago), de nuestra diócesis, y de nuestra parroquia.

Y eso sí; cuando las cosas no vengan como quisiéramos, que también nos tocarán tiempos duros, sabed que la fe no puede ser nunca entendida a la carta. Tengamos paciencia, y confiemos… y tengámoslo todos siempre claro:

Dios con nosotros; nosotros con Dios.


Alabado sea Jesús Sacramentado.
Sea por siempre, bendito y alabado.