ILUSTRÍSIMA, VENERABLE Y ANTIGUA HERMANDAD Y COFRADÍA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO,
SANTÍSIMO CRISTO DE LAS ALMAS, NUESTRA SEÑORA DE LA PAZ Y ÁNIMAS BENDITAS

IGLESIA PARROQUIAL DE SANTIAGO EL REAL Y DE REFUGIO

JEREZ DE LA FRONTERA


lunes, 14 de marzo de 2016

Ojalá la Semana Santa sea la mitad de buena que el Pregón de Pepe Vegazo


Andrés Cañadas. Con ganas de Semana Santa. Y ya está. Es a lo máximo que puede aspirar un Pregonero, y es lo que consiguió Pepe Vegazo con su Pregón de la Semana Santa de Jerez 2016. Un Pregón absolutamente diseñado de principio a fin, propio de alguien que ha sabido aprender lo que es esto a base de mucho sillón y muchos años, y muchas crónicas para diferentes medios de comunicación. Vegazo sabía las claves, los resortes que tocar para triunfar, y a fe que triunfó de manera clamorosa en una mañana de Domingo de Pasión, que parecía dibujada por él mismo.

Primer apunte: la música. Bien. No correcta, no. Brillante, a pesar de la controversia que quisieron crear en las redes sociales durante las semanas previas, los ex legítimos dueños de la música del Pregón. Sobresaliente alto para la Banda del Nazareno de Rota, y para la elección del repertorio, con 'Cristo de la Expiración', de don Germán, reivindicada como marcha oficial de Jerez, 'Margot', de Turina, una composición deliciosa, y 'Pasión por Jerez', obra de estreno de Carlos Puelles, encargada por el propio Pregonero como banda sonora de su obra. Bien. Muy bien.

Segundo apunte: el presentador. Sota, caballo y rey. Lo que debe ser, lo que tiene que ser una presentación en Villamarta. Su poquito de currículum, su 'mijita' de sabor, su 'chorreoncito' bueno de amistad, y su toque final de reivindicación de las instituciones que dan forma a todo esto. Una presentación extraordinaria, normal en alguien, Ángel Rodríguez Aguilocho, que más pronto que tarde volverá a estas tablas a ser presentado, y no a presentar.


Tercer apunte: Pepe Vegazo en estado puro. Esa fue la clave del Pregón. Que olvidando a posta que algo que dure más de dos horas corre riesgo grande de provocar cansancio, se tiró a tumba abierta a por su obra, comenzando a las 12:32 con una breve oración al Cristo de la Salud, para irse a los medios y buscar al Teatro a porta gayola. "Aquí está tu Pregonero", con claras referencias no muy lejanas en el tiempo, a otros cantores de la Semana Santa que ya comenzaran así.

Y luego, tras poner el Pregón en manos del Santísimo.. a saludar. Y saludando se llevó Pepe más de media hora. Lo dicho: Vegazo en estado puro. Saludó a la presidencia, a la alcaldesa y a sus pies (como leen), a los hermanos mayores, al Consejo, al prelado (con quien compartió confidencias sevillistas), a Pedro Pérez (genial la disyuntiva entre aciertos y Vía Lucis) a la Banda de Rota, a Carlos Puelles, a los medios, a Faustino, a su presentador, a la dirección territorial de Ibercaja, a los antiguos pregoneros, a los nuevos pregoneros que lo serán algún día, y a la gente que se sentaba en el anfiteatro, a quienes entregó una decicatoria, que cerrada con un gran aplauso, preparó el Pregón para lo que tendría que venir.

Y lo que vino, fue, a partir de entonces, una hora y tres cuartos de canto a Jerez y a su Semana Santa. Bueno no. A su Semana Santa no, sino a la Semana Santa de Pepe Vegazo. A la suya. A la que sólo conoce él, abierta con un canto a los cultos en las cofradías, que contó con el acompañamiento de lujo de Ángel Hortas, interpretando al piano 'La roca fría del Calvario', de la zarzuela “La Dolorosa”, demostrando ahí el Pregonero su temprana formación musical, heredada de su familia valenciana.

Uno de los momentos más bonitos del Pregón, el que a partir de entonces alternó un descarado 'sevillaneo' propio de quien a golpes de renglones quiere pasear por las advocaciones que conforman este universo maravilloso, con dentenciones de gran nivel, para abocetar con versos siempre acertados, y en ocasiones escrupulosamente cuidados, momentos como el de la reivindicación del Sábado de Pasión como día grande de la Semana Santa, el homenaje al vestidor y amigo Fernando Barea, el tributo a los costaleros de Jerez y a las túnicas nazarenas, el recuerdo al lunes de Vía Crucis con el Prendimiento, el apaluso a las hermandades nuevas, la petición de nuevo futuro para Bondad y Misericordia, o el recuerdo a los cofrades que ya se fueron.

Golpes constantes de ritmo y verso, entre los que de vez en cuando menguaba la voz desde el atril, para acordarse de su madre, a quien la dibujó enseñando a sus hijos la Semana Santa en la Rotonda de los Casinos, o para cantar a la Virgen de Las Angustias, o preguntarse en voz alta el porqué de ser del Santo Crucifijo, otra vez acompañado por el maestro Ángel Hortas. Golpes que querían romper la intensidad de las emociones fuertes, entrando a veces el pregón en un corolario de anécdotas cofrades absolutamente divertidas, provocando grandes risas entre el público, como aquellas de los famosos nazarenos de la Oración en el Huerto subidos al paso de la Virgen de la Confortación, otras alusivas a los actos vividos esta Cuaresma, como el de la visita nocturna a la Salvación, u otras a su larga etapa como costalero o auxiliar, en la Vera Cruz, en el Prendimiento, o en la Yedra. ¡Genial este guiño a los pregones de Herrera en Sevilla, o de Banderas en Málaga!

A estas alturas de la película, todos sabíamos ya que el final, fuese cual fuese nos iba a gustar, así que al final disfrutamos de lo lindo del romance a la Hermandad del Amor -donde contó una historia ligada a la dura enfermedad del Alzheimer como ya hiciera Álvaro Ojeda una semana antes en Guadalcacín- disfrutando también de su confesión pública a la Virgen de la Paz en su Mayor Aflicción, y del recuerdo al Pregón a la Esperanza de 2013 compartido con Enrique de Mora y con éste que escribe, y de la ilusión que vivió al trasladar a la Virgen de la Amargura una fría noche jerezana, antesala de un final clásico -'He dicho'- que se cerró con una atronadora ovación, pero que incluso entonces llevó 'bonus', ya que como cierre a todo, y con las luces del teatro -ahora sí- completamente apagadas, surgía la proyección de una estampa de la Soledad, mientras el Pregonero rezaba en voz alta a la Reina de la Porvera.. “ahora que todos se han ido”, sirviendo de cierre a un Pregón majestuoso, de los que quedan guardados en la memoria colectiva cofradiera para siempre.

Un Pregón de enhorabuena al pregonero y también al Jerez cofrade, que se merece que la próxima Semana Santa sea al menos la mitad de buena que lo vivido en Villamarta el Domingo de Pasión. Por algo es -casi- el día más bonito del año para muchos cofrades, entre ellos nuestro Pregonero de este año.
Inolvidable, sí señor.

Gracias Pepe.

Fuente: Cofrademanía